Rodrigo era un buen cantante. Tenía su banda en La Piedad; la música era su pasión. La familia le pedía que cantara canciones pop o rock y él nos hacía videos en Facebook cantando, era como el día de complacencias. 

Era un hombre de familia, siempre que venía a Morelia nos visitaba. Nuestra relación era muy especial, no la de cualquier hermano. Era el mayor y yo la menor, así que siempre me cuidó, más que mi papá, incluso. Estuvo conmigo en las buenas y en las malas.

Cuando todo esto de la pandemia comenzó, me dijo que cuidara mucho a mis padres. Me mandaba fotos de cuando estaba realizando pruebas de Covid-19. Estaba muy comprometido en la lucha para contener al virus. Yo trabajo en un OXXO y cuando llegaba muy tarde de mi turno, le escribía porque lo veía aún conectado. Me decía que estaba preocupado porque un paciente había salido positivo. Tenía que mandarlo a Morelia y estaba haciendo el papeleo del traslado. Fueron noches enteras de esfuerzo. 

Tal vez hubiera sido bueno decirle que no corriera riesgos, que no lo hiciera. Luego repaso el mensaje que me mandó, donde decía que se quedaría a trabajar hasta el final. Me doy cuenta de que no habría escuchado. Eso era lo que él quería y lo que lo hacía feliz. 

Testimonio:

Gabriela Jiménez García (hermana)

Reportero:

Juan Manuel Coronel