Era un fanático de los destilados y yo trabajo promocionando tequila. Así que cada que venía a la casa, le tenía preparado unos shots de Herradura, su favorito. Era nuestro doctor de cabecera; siempre que nos dolía una uña corríamos a consultarlo. Siempre se daba tiempo para contestarnos, a pesar de su apretada agenda como director del hospital. 

Lo que más recuerdo de mi tío es que era una persona muy seria a primera vista. Lo pueden ver en las fotos. Sólo cuando lo comenzabas a tratar, descubrías que le encantaba echar relajo. Siempre fue muy cercano a todos los sobrinos. Me encantaba escuchar sus pláticas, repletas de anécdotas interesantes y entretenidas. Una vez nos contó de la ocasión en que llegó un pesado de la mafia al hospital y sus matones entraron a sacarlo de urgencias para que no se lo llevara la policía. 

Lo último que nos dijo fue que tenía mucho trabajo en el hospital porque era Covid-19. Tenía mucha responsabilidad. Estaba próximo a cumplir 58 años. Fue una pérdida muy grande. Nos tomó por sorpresa, nunca pensamos que él pudiera morir.

Testimonio:

Nancy Rojo Segura (sobrina)

Reportero:

Juan Manuel Coronel