Crecimos como hermanos, aunque era mi tío. Jugamos juntos entre la milpa, el frijolar y la loma llena de nanche. No olvido la vez que jugando entre los costales de maíz recién desgranado, tiramos una fila de costales y yo recibí los cintarazos, porque fui el más lento.

Juntos fuimos a la escuela primaria montados en aquellas yeguas, Pichirila y Gaviota, a veces en el mismo caballo. Estudiamos juntos en la Escuela Secundaria del Estado y después en la prepa. Nos separamos para estudiar, cada uno, nuestra carrera. Para la familia fue un orgullo verlo convertirse en médico y luego en ginecólogo.

Siempre fue un hombre sencillo, de hablar fraylescano, ese dialecto que se habla en el centro de Chiapas. Era de buen trato y siempre dispuesto a ayudar. Muchos, tanto en Tuxtla Gutiérrez como en Villaflores, lo recordarán por su excelencia en el trabajo médico, por su trato.

Testimonio:

Roger García Fernández (sobrino)

Reportero:

Juan Manuel Coronel