Nos ha dejado un enorme vacío que nadie podrá ocupar. Era muy competente, siempre interesado en sus pacientes, al pendiente de su estado y evolución. Los contagiaba de optimismo, aun cuando sus panoramas no fueran muy alentadores. Todos en esta unidad nos sentimos muy tristes por la repentina muerte del doctor. Es el primer médico caído de este hospital y lamentamos profundamente su partida. 

Fuera del hospital, Martín amaba las artes marciales. Eran su pasatiempo favorito, aunque también era aficionado al futbol, pues su hijo mayor lo practicaba. Era un gran maestro, siempre al pendiente de los médicos internos. Tenía inquietud y habilidad para enseñar y muchos lo recuerdan cuando daba sus clases en las mañanas. Hay demasiadas anécdotas laborales que mencionar. Sin embargo, las únicas que me llegan a la mente ahora son los momentos en que su ética brillaba; su seriedad y profesionalismo nos iluminaba. Nunca estuvo en problemas de ningún tipo. No sé bien cómo despedirlo, pero sé que siempre quedará en mi corazón.

Testimonio:

Cristina Trevizo Rodríguez (compañera de trabajo)

Reportero:

Juan Manuel Coronel