Mi hermana hizo muchos sacrificios para terminar su carrera. Venimos de una familia grande, no muy acomodada. Por lo mismo se esforzaba más. Vendía productos Jafra, zapatos Andrea, Avon. Todo lo que se pudiera con tal de obtener ingresos para sus estudios. Empezó en el IMSS como asistente médica; luego fue auxiliar universal de oficinas, administradora en la Unidad Médica Familiar 64, hasta que llegó a jefa de personal o recursos humanos en el Hospital General de Zona 3.

¿Qué puedo decir? Mi hermanita era alegre, platicadora, entusiasta y muy tenaz. A donde quiera que iba se esforzaba por tratar bien a la gente. Era viuda y sacó adelante a sus dos hijos. Esos chicos eran su vida. 

Recuerdo nuestro último viaje. Como vivo en Playa del Carmen, llegué unos días a Tuxtepec y nos fuimos a Veracruz. Visitamos las playas de Chachalacas, La Antigua y Cardel. En esas caminatas por la playa platicamos de lo que nos unía: la ropa artesanal, las blusas típicas que ambas comprábamos, nuestros videos motivacionales, la música de Menudo, el pescado frito, la barbacoa, tantas cosas.

Cuando me enteré de que estaba enferma viajé a Tuxtepec. Estuve una semana, hasta que una madrugada nos llamaron los directivos del hospital para darnos la noticia. Me queda siempre ese último viaje, esa vez que en la playa me dijo: “Unidas por siempre”. 

Testimonio:

Cenovia Rivera Castillo (hermana)

Reportero:

Juan Manuel Coronel